lunes, 29 de diciembre de 2008

CIERRE CON CUENTOS







El Taller ESTACIÓN PALABRA cerró las actividades del año con la participación de los padres.






El jueves 18 de diciembre nuestro taller realizó su última reunión a la que fueron invitados los familiares y amigos de los escritores, que al llegar se enteraron de que no se trataba de una simple reunión social sino que debían afilar los lápices y la imaginación para ponerse a escribir.



Cada chico formó un grupo con sus acompañantes al que se le entregó el cuento con el final suprimido de un compañero. La propuesta consistió en que redactaran un nuevo final para el cuento. Así, por ejemplo, Delfina y sus papás redactaron el final del texto de Gabriel.



En el segundo momento de la actividad, luego de que cada grupo leyera lo que había escrito, se daba a conocer el final original pensado por el autor. Fue sorprendente descubrir como de las mismas situaciones iniciales podían derivarse secuencias tan diversas; y además, comprobar que los adultos no sufrieron ninguna inhibición al momento de escribir y de leer, a pesar de tener trayectorias educativas muy distintas.



En el encuentro los chicos también presentaron la revista "Manos a la escritura" íntegramente ideada por ellos y que reúne una selección de los textos que realizaron durante el año.



lunes, 15 de diciembre de 2008

BIBLIOTECAS QUE SON MÁS QUE UN RESERVORIO.

Hay bibliotecas y bibliotecas. Bibliotecas como la de algunas escuelas que solo sirven para atesorar libros (y que no se los prestan a los chicos por miedo a que los pierdan) y bibliotecas que además de cumplir una función de reservorio se han propuesto promover la lectura impulsando diversas actividades.
Este último es el caso de la bibliotecas de la E.M.M Nº 16 de Moreno y de la E.P.B Nº 32 de Paso del Rey coordinadas por la bibliotecaria Adriana Orona.

Por eso vale la pena conocer las actividades de ambas escuelas visitando sus excelentes blogs.




E.E.M Nº 16
http://eemn16.blogspot.com/



E.P.B Nº 32

http://epb32.blogspot.com/

viernes, 12 de diciembre de 2008

TRIBULACIONES DE UNA PROFESORA DE LENGUA Y LITERATURA




Ayer les entregué a mis alumnos de primer año de Polimodal sus promedios finales. La estadística es alarmante: en un curso de 24 alumnos, solo aprobaron 6; en el otro de 25 lograron eximirla 8 chicos. Las cifras de mis colegas son similares, y no me refiero exclusivamente a Lengua y literatura.



Para leer el resto del artículo clickea acá:

http://docs.google.com/Doc?id=dgxxnn7s_16dwbg36dd

domingo, 30 de noviembre de 2008

SOBRE UNA NOTA PUBLICADA EN adnCULTURA

El sábado 29 de noviembre la revista adnCultura del diario La Nación (Argentina) publicó como título de tapa la nota "¿Se puede enseñar a escribir ficción?" firmada por la periodista Adriana Schettini. En ella distintos escritores de merecido reconocimiento (Abelardo Castillo, Liliana Heker, etc) responden la pregunta desde sus experiencias como escritores y coordinadores de talleres. Si bien no disiento con las cuestiones centrales de sus opiniones, pienso que su visión de estos espacios es limitada ya que consideran solamente los talleres literarios a los que asisten personas que han tomado la decisión de ser escritores. Sin embargo, sabemos que este universo es más vasto y heterogéneo; por eso la nota me suscito la reflexión que transcribo más abajo.

Para leer ¿Se puede enseñar a escribir ficción? de Adriana Schettini clikea acá:
http://adncultura.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1074237&origen=premium

PORQUÉ COORDINO TALLERES LITERARIOS

Hace más de veinte años que coordino talleres literarios: talleres en mi casa, institucionales, para docentes de primaria y secundaria, para chicos y adolescentes, para pacientes psiquiátricos, para adolescentes en situación de vulnerabilidad social, para personas que solamente desean escribir, y además, intenté en mis 30 años como profesora transformar en un taller literario mis horas de Lengua y Literatura, a pesar de las dificultades para lograrlo que me interpuso siempre la estructura del sistema educativo Por otra parte, me especialicé en didáctica de la escritura, tema sobre el que publiqué un libro, varios trabajos y por el que soy convocada en congresos y seminarios. Pero sobre todas las cosas soy escritora, escritora de ficciones, más precisamente de cuentos. Por todos estos motivos, leí con mucho interés la nota de tapa publicada en adn Cultura del sábado 29 de noviembre titulada ¿Se puede enseñar a escribir ficción? y cuando terminé de leerla sentí que había quedado afuera del trabajo aspectos importantes sobre la inquietud que mueve a la gente a asistir a un taller, qué es lo que puede hacer el coordinador de un espacio de esas características con esa inquietud y la incidencia en el desarrollo de los talleristas de la motivación que lleva a alguien a coordinar un taller literario y no otra actividad con el fin de obtener ingresos económicos, ya que supongo que también se trata de eso.

Hay una enseñanza que me dejó mi trayectoria como docente de escritura creativa (aunque no me convence esta denominación): para cualquier persona la experiencia de escribir es trascendental en el sentido de que el lograr decir, el poder darle forma por escrito a una idea, la transforma. Hay algo propio que se materializa, que sale a la superficie para tomar cuerpo y poder ser compartido. Pero antes de llegar a eso, cada uno transita por el proceso de escribir, que entre otras cosas, implica discernir lo que se desea decir y desde este punto de vista, no solo para los escritores, ese camino lleva a verdaderos descubrimientos. Desde esta perspectiva, la palabra escrita es instituyente de una especie de nueva identidad: las personas pasan del silencio al decir; al poder imaginar; a reconocerse y ser reconocidas por lo que escriben.

Por eso, al contrario de lo que le sucede a Abelardo Castillo, me interesa que a los talleres que organizo asistan personas que no tienen la aspiración de ser escritores, sino simple y sencillamente que se acercan con el deseo de escribir, de ver qué pasa, cómo es eso, esa inquietud por sí misma indica que tienen algo para transmitir. ¿Son Faulkner, Conti, Mansfield, Woolf? No, pero son personas con derecho a la palabra escrita, y que como todos cuando nos dan la oportunidad, con algo para decir. ¿Serán publicados? ¿Se convertirán en clásicos? Improbable, pero han logrado trascender su propia historia, la historia de la literatura y los mandatos del sistema educativo que afirman que escribir es para algunos pocos.


Es cierto, como lo describe la nota, que hay miles de talleres literarios pululando por ahí; esos talleres anónimos, que venden gato por liebre, coordinados por desconocidos que con frecuencia no han transitado ellos mismos la experiencia de escribir un cuento; sin embargo, están poblados por personas que desean disfrutar del placer de escribir y no de ser escritores, de otro modo hubieran elegido el espacio de algún autor reconocido; ese es el universo que me pareció ausente en el artículo y que creo que vale la pena recorrer.


¿Se puede enseñar a escribir ficción? Pienso que lo que no se puede es enseñar a ser un gran escritor, un escritor significativo, porque como bien dicen los escritores entrevistados en la nota, eso depende de la mirada, de la vida, de la experiencia de cada autor, de cuestiones que trascienden lo técnico; pero es posible generar un espacio de lectura, de escritura y de reflexión para que las personas se apropien de la palabra escrita. Y eso, al menos para mí, vale la pena.

















miércoles, 26 de noviembre de 2008

I JORNADAS DE LITERATURA INFANTIL Y JUVENIL

Organizadas por la Universidad Nacional de San Luis

Los días 11,12,13 de diciembre se desarrollara la I Jornadas de Literatura Infantil y Juvenil organizadas por la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional de San Luis (Argentina).
Los objetivos del encuentro son:
- Potenciar la consideración de la Literatura Infantil y Juvenil.
- Reafirmar su valoración estética.
- Acentuar sus especificidades consolidadas desde la investigación, la teoría y la práctica.
- Reconocer a la Literatura Infantil y Juvenil como ámbito específico de indagación.
- Sustraer los tratamientos sobre la Literatura Infantil y Juvenil de manifestaciones conexas.
- Realzar líneas de reflexión crítica sobre la problemática general de la Literatura Infantil y Juvenil.
- Resaltar la importancia que estos estudios poseen para el perfil académico de los profesionales responsables de la educación integral de niños y jóvenes.

Para obtener mayor información sobre el encuentro clickea acá:
http://jorliju.unsl.edu.ar/

martes, 25 de noviembre de 2008

LA MIRADA QUE ESCRIBE



Esta vez la propuesta que les realicé a los chicos requirió varios pasos. En primer lugar, les solicité que durante la semana observaran a la gente por la calle y que eligieran alguna persona que les llamara la atención por su aspecto, por sus gestos, por su actitud; en fin, por lo que fuera.
En la reunión siguiente, cada chico comentó el motivo que lo había llevado a elegir a determinada persona y algunos hasta presentaron su imagen, ya que con disimulo la habían fotografiado con sus celulares, este es el caso de Abril que en el colectivo tomó una foto de la protagonista del cuento que presentamos más abajo. Luego realizaron la biografía imaginaria del personaje: cómo se llamaba, a qué se dedicaba, con quién vivía, cuáles eran sus comidas preferidas, cómo se vestía, etc.


Después, les pedí que escribieran un cuento donde la persona elegida fuera la protagonista y en el que se incluyera al menos dos datos de su ficha personal. Pero los chicos superaron mi propuesta porque cuando en el paso anterior compartieron la biografía de sus personajes, a cada uno le gustó tanto el creado por sus compañeros que reformularon la consigna: el cuento incluiría además, al protagonista de alguna de las otras narraciones como personaje secundario del propio. Así es como en el cuento de Abril participa Mauro Mucho Hombre, el actor principal del relato de Gabriel.
Creo que la escritura más que a una cuestión técnica, está vinculada a la mirada; el que escribe descubre en lo que lo rodea algo que merece ser contado, lo descubre porque observa de manera diferente, percibe lo que escapa de la vista de los otros. Por eso pienso que cualquier persona puede ser protagonista de un cuento, todo depende del punto de vista de quien narra, la mirada del narrador es la que transforma a una "persona común", ciudadano de a pie diría David Viñas, en personaje de un cuento. Es el autor quien con su perspectiva vuelve extraordinario lo intrascendente.
La propuesta de escritura realizada a los chicos tenía como objetivo desarrollar esa mirada, la que puede ver en una pasajera más del colectivo la probable protagonista de un cuento.
En este sentido, los hechos narrados en "Un juicio desesperante", el cuento de Abril, no son extraordinarios, creo que todos los días en los juzgados de mi país podemos encontrar jueces desaprensivos y escenas similares a los que presenta la narración, lo que los transforma en un cuento es la mirada hilarante de Abril que tensiona lo que es habitual y que quizás de este modo a través de su ficción esté reflejando los comentarios críticos de la justicia argentina que escucha a diario de los adultos y medios de comunicación.

Para leer "Un juicio desesperante" de Abril Durán hacé click acá:

miércoles, 12 de noviembre de 2008

FIGURAS QUE COBRAN VIDA

Las figuras de las barajas españolas salen de sus marcos para protagonizar un cuento.

Extendí sobre la mesa el rey, la sota y el caballo del mazo de cartas y les propuse a los chicos que escribieran un cuento en el que algunas de estas figuras fuera protagonista.
Estamos tan habituados a manejarnos con las cartas que es casi como si no las viéramos; sin embargo, una mirada detenida nos permite percibir detalles interesantes en las imágenes de las barajas: la expresión de los rostros, sus atuendos e incluso la postura corporal. Si bien están estáticas y encerradas en sus marcos, no son pasivas: están posando y concientes de que las estamos mirando, en algunos diseños hasta parecen a punto de ponerse en acción. Por eso, antes de que los chicos comiencen a escribir es necesario realizar con ellos una exploración que les permita redescubrirlas porque de este modo encontrarán elementos que enriquecerán sus textos.
A la hora de escribir, es frecuente que los chicos en sus relatos hagan interactuar a las diferentes cartas, por ejemplo, en el cuento de Delfina que se reproduce a continuación, la figura del jinete se transforma en el hijo menor del rey que para pensar marcha en su caballo blanco a un lugar desierto.
Los marcos de las barajas -que definen su encierro o aislamiento- suelen operar de diferente forma en las narraciones: en el caso del cuento que presentamos aquí los dos personajes necesitan tomar distancia, alejarse del ruido para pensar.
El rey de Delfina es un buen monarca: racional -evita el enojo- y busca respuestas a sus problemas en los libros, porque ella no eligió a los beligerantes reyes de espada o de basto, sino al de oro, representado por esa moneda que parece un sol en la esquina izquierda superior de la baraja, casi a la altura de la cabeza iluminándolo y que es también la luz que alumbra el pasadizo y lo conduce a la corona.
La historia de Delfina nos habla, entre otras cosas, del conocimiento como camino para descubrir lo que está oculto, lo que una simple mirada no nos permite conocer.
Para leer el cuento EL ROBO DE LA CORONA de Delfina Bernetti hacé click acá:

viernes, 31 de octubre de 2008

MATERIALES lengua y literatura

Materiales lengua y literatura es un sitio que además de proponer actividades, desarrolla temas de teoría literaria que vale la pena recorrer
Sus autoras son Lourdes Domenec y Ana Romeo, docentes españolas.


Les propongo que visiten la presentación del género HISTORIETA, donde a través de diferente videos se explican sus componentes y el modo de crear una historieta.

Clickea acá para conocer el sitio MATERIALES lengua y literatura:

http://www.materialesdelengua.org/LITERATURA/TEXTOS_LITERARIOS/COMIC/pagina1.htm

martes, 21 de octubre de 2008

¡NUESTRO QUERIDO PATURUZÚ CUMPLE 80 AÑOS!


PATURUZÚ el personaje creado por Dante Raúl Quinterno cumple 80 años y en este espacio no podíamos dejar de celebrarlo; creemos que el mejor modo de hacerlo es proponiéndoles a los profesores de Lengua y Literatura que lean las aventuras de este tehuelche sin par con sus alumnos, seguramente de este modo los acercarán más a la lectura que leyendo muchos de los libros consagrados por el canon.


Aprovecho para hacer una declaración de principios:


LA HISTORIETA ES UN GÉNERO LITERARIO ¡AHIJUNA!


Si querés saber más de PATURUZÚ CLICKEÁ ACÁ:

BIENVENIDOS A PATORUZU-WEB

BANDA DIBUJADA

SIULNAS, historiador: Los 80 años de Patoruzú

lunes, 20 de octubre de 2008

LA HISTORIETA O CÓMO NARRAR EN VIÑETAS




En uno de los encuentros del Taller les propuse a los chicos desarrollar la continuación de un cuento, pero en historieta. Primero realizamos una lectura y exploración de distintos materiales de este género y trabajamos también los diferentes planos de la imagen en el cine (primer plano, plano medio, etc), ya que los chicos tienden a realizar dibujos que se limitan a ilustrar las acciones, cuando en realidad en la historieta las imágenes le aportan significado a la historia.
El proyecto llevó varias reuniones. El primer paso fue decidir la continuación de la historia. Luego cuáles serían las situaciones representadas en las viñetas. Después realizaron el guión que implicó la redacción del texto de cada cuadrito y definir con qué dibujo sería acompañado y la elección de la técnica plástica que utilizarían.
Esta primer etapa de creación y planificación significó muchísima discusión: ¿cuáles eran los núcleos de la historia? ¿qué situaciones sin ser nucleares; sin embargo, eran significativas?Es decir, un verdadero debate sobre la estructura narrativa.
Finalmente llegó el momento de la ejecución, de plasmar en el papel todo lo que se había elaborado, pero lo más importante ya estaba hecho.
Lo que me parece verdaderamente interesante de la historieta escrita por los chicos es que los personajes no fueron vencidos por las desventuras vividas; por el contrario, los ayudó a descubrirse a sí mismos y a darse cuenta que deseaban continuar viajando y conocer el mundo.


-Para ver la presentación de la historieta "AVENTURA" clickeá acá:

http://docs.google.com/TeamPresent?docid=ddz322bx_23c63drdfh&preview=true

-Este es el cuento que le aportó el comienzo a la historieta:

EQUIVOCACIÓN* por Karel Capek
Nos embarcamos en el Mediterráneo. Es tan bellamente azul que uno no sabe cuál es el cielo y cuál es el mar, por lo que en todas partes de la costa hay letreros que indican dónde es arriba y dónde es abajo; de otro modo uno puede confundirse. Para no ir más lejos, el otro día, nos contó el capitán, un barco se equivocó, y en lugar de seguir por el mar la emprendió por el cielo; y como el cielo es infinito no ha regresado aún y nadie sabe dónde está.

* El cuento fue extraído de "Lectura para estudiantes, leer x leer 1". Plan Nacional de Lectura. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología. Argentina, 2004.

martes, 14 de octubre de 2008

jueves, 9 de octubre de 2008

HOMENAJE a NICOLÁS CASULLO

Esta madrugada murió Nicolás Casullo y esta página, la de ESTACIÓN PALABRA, está de duelo. Acá, de este lado, mientras escribo, estoy profundamente triste y creo que muchos de nosotros por un tiempo nos vamos a sentir un poco desamparados.











Si no lo conocías, en este vínculo, podés saber algo, apenitas algo, de quién era Nicolás:
http://www.pagina12.com.ar/diario/ultimas/20-113044-2008-10-09.html

Y clickeando acá, vas a encontrar un artículo suyo publicado en Página 12, uno de los tantos que escribió con su gran lucidez:
http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-87285-2007-06-28.html

miércoles, 8 de octubre de 2008

UN VESTIDO Y UNA FLOR por Leticia Walther

Este cuento pertenece al libro "El robo" y fue incluido en "Antología", volumen publicado por el Programa de Lectura del Ministerio de Educación del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
Para leer el cuento clickea acá:

miércoles, 1 de octubre de 2008

EL LIBRO DE LOS SUEÑOS

Acabo de desearle las buenas noches a mi hijo y de apagar la luz de su cuarto. Regreso a mi estudio y continúo trabajando hasta que escucho su vocecita:

-Ma, vení.

Me acerco al borde de la cama y en la penumbra me dice:

-Mami ¿sabés para qué voy a usar esta libretita?

No veo lo que me muestra y enciendo el velador: se trata de un pequeño anotador que le dieron como cotillón en un cumpleaños.

-¿Para qué la vas a usar?

-Para escribir mis sueños.

-Qué buena idea, me gusta muchísimo.

Abre las plumas como un pavo real.

-Acá las voy a escribir en borrador, pero quiero que me comprés un cuaderno que sea como un libro.

-¿Cómo?

-Que tenga las hojas lisas y las tapas duras ¿hay cuadernos así?

-Creo que sí.

-Porque mamá quiero escribir un libro, un libro que tenga mis sueños.

-Va a ser un libro hermoso; mañana vamos a buscar un cuaderno como el que querés.

Después de abrazarlo vuelvo a apagar la luz.

Estoy conmovida: mi hijo de ocho años piensa escribir un libro con sus sueños.

Luego me vuelvo más racional y recuerdo la última consigna de escritura que le dieron en la escuela:
  • Uní cada frase con su dibujo (los dibujos los dejo a su imaginación)
  1. Santiago no puede comer porque está muy descompuesto.

  2. Félix se ha comido todo lo que tenía en la mesa porque estaba muy hambriento.

  3. Damián come porque dentro de media hora se va a la escuela.
  • Luego respondé las preguntas.
  1. ¿Por qué Santiago no puede comer?

etc.,etc., etc.,

Es una actividad fotocopiada de algún libro.

Primera pregunta: ¿Cómo consiguió alguien que una editorial le publicara un libro con ese tipo de propuesta?

Segunda pregunta: ¿Cómo a mi hijo, o a cualquier otro chico, después de una docena de actividades como ésa se le ocurre y tiene ganas de escribir un "Libro de los sueños"?

Ilustración de Camilo Villamizar: http://www.mymagicrealism.com/

martes, 30 de septiembre de 2008

TEXTOS CON SORPRESAS

Ilustraciones:
El anterior es un cuento producido en una reunión de taller donde les propuse a los chicos que escribieran un texto incorporando los objetos que iba sacando de una bolsa. La propuesta se desarrolla de la siguiente forma:


Los chicos comienzan a escribir libremente, pero a medida que descubro los elementos que están en bolsa los deben incorporar al texto. No se trata simplemente de escribir el nombre del objeto, aunque también es posible, sino ampliar sus sentidos a lo que éste sugiere; por ejemplo, una taza puede despertar las palabras café, merienda o quizás los chicos prefieran tomar para su escrito el dibujo que decora la taza.


La elección adecuada de los objetos es importante para que realmente abran posibilidades interesantes en el texto. En principio, no deben pertenecer al mismo campo semántico; es decir, si se presenta una lapicera, no es conveniente exponer luego un cuaderno o una cartuchera porque esta secuencia predeterminará en gran medida el universo del texto. Por el contrario, es conveniente elegir elementos que originen palabras de campos semánticos distintos para que sea la trama del texto (la imaginación de los chicos) quien los vincule. También es posible mostrar objetos que produzcan sonido u olores, como en esta oportunidad que hice tintinear un llavero.

La necesidad de incluir los objetos a medida que se presentan lleva a que los textos vayan cambiando de rumbo internándose en situaciones imprevistas; por eso una de las dificultades que presenta la propuesta es la de mantener la coherencia de la historia que con frecuencia se pone en riesgo.

Con esta técnica se obtiene un texto rápido, sin demasiada elaboración, que es la materia prima para obtener un texto definitivo luego de un trabajo posterior.

Cuando después los chicos comparten la lectura de sus escritos es interesante que observen el modo en que para cada uno de ellos cada objeto tomó un sentido diferente dando como resultado trabajos muy distintos y la nueva dirección que cada elemento le imprimió al texto.

En esta ocasión los objetos que les presenté a los chicos fueron:


  • un collar de piedras facetadas rojas

  • un llavero

  • un Documento Nacional de Identidad


El siguiente es el primer borrador escrito por Gabriel:












































jueves, 25 de septiembre de 2008

PRESENTACIÓN DE "EL ROBO" DE LETICIA WALTHER

Por Tununa Mercado.

En el edificio de la literatura argentina, superpoblado de escritores viejos y jóvenes, hombres y mujeres, los espacios están hacinados de libros. Son miles de ejemplares que cubrieron alguna vez profusamente las mesas de las librerías, para luego pasar a los estantes y después desaparecer en los sótanos, también atestados. Siempre habrá sin embargo en esa gran casa un espacio para el libro singular, esa misteriosa construcción individual que se juega la vida para estar allí, más allá del deseo o voluntad de resonancia de quien lo ha escrito. El libro de Leticia Walther es ya un objeto autónomo que hoy comienza a hablarnos. Es bueno señalar que mucho tiene que ver en esto un editor como Juan Carlos Maldonado, capaz de apostar a lo nuevo, al primer libro, así como también al libro que se ha traspapelado en la gran biblioteca y busca volver a salir, renovado.


No conocía a Leticia Walther cuando nos encontramos en el café junto a la Biblioteca Nacional para que ella me entregara su texto. Ella fumadora, yo tabacofóbica, gané la partida y nos sentamos en la zona para ella prohibida. No fue estrictamente un encuentro literario, sino un intercambio de historias, como si en ese comienzo de amistad las dos hubiéramos preferido el drama personal para presentarnos. Si algo percibí en aquel encuentro con Leticia fue humanidad, en el sentido más laico de la palabra, una humanidad cuyos núcleos no se mostraban para dar lección o buen ejemplo, sino de esa manera tácita, natural, que tienen quienes saben prodigarla sin que se note.


Busco una imagen para describir el modo de narrar en estos cuentos. Línea estable, sin convulsiones, neutra por vocación de despojo, apostando a que la historia sostenga su efecto dramático sin otro recurso que el acontecimiento. No se espere un estallido volcánico. Si en “Aire”, el primer cuento, se busca el estertor de la asfixia, no se lo tendrá explícito. Entraremos en una zona desesperanzada, esa medianía que suele ser destino inmodificable, sin adjetivos, sin metáfora que venga a auxiliar la nada que se ha instalado desde las primeras líneas. Una nada que es en verdad todo: la persecución, la locura, la rebeldía solitaria. Hay un trasfondo: lo social; un punto de referencia que parece sostener la evolución del narrador que se desplaza, lo social como una viga o columna, pero no mucho más, para no violentar la opresión que se genera en el espacio cerrado, sustraído a la realidad. Se necesita mucha confianza en el ser humano para atribuirle un acto de libertad en esa condición de encierro. Pero ese espacio, los espacios clausurados de Leticia Walther, no tienen “puertas” providenciales, éstas aparecen por un rapto liberador del espíritu o de la conciencia. Es ese rapto lo que justifica el tenue transcurso narrativo, la fuerza que tensa la línea y la hace vibrar sin desgarrarla. Y aun cuando la decisión de romper, liberar o actuar, en algunos textos esté ausente, se hace presente por su contraparte, la inacción, la incapacidad de dar un paso hacia el otro., como si lo inalcanzable se forjara a conciencia.


El equilibrio entre avance y retención que modula el transcurso es la condición del cuento. Esa es la manera de narrar para Leticia Walther: un tono menor, en el sentido musical del término, que sostiene un desolado dramatismo. No habrá una resolución canónica, un corte tajante. Pero si un estado de inercia espiritual que sólo cambia de registro cuando irrumpe la crisis. Quien narra de un cuento a otro, en una especie de gesto unitario, padece la desocupación, la soledad, la injusticia, vive en el tenebroso mundo de los despojados. Son seres de la oscuridad, desvitalizados socialmente. Cuando la expectativa de una redención aparece, como en el caso de la desempleada que acepta vender enciclopedias, la oferta contradice lo que ella piensa y desea y, por un efecto acumulativo de rechazo, la ruptura se produce con un exabrupto, el único modo de recuperar la condición de persona.


Reconozco que resulta difícil aislar el sentido de este libro sin apoyarse en los textos, y que se corre el riesgo de enunciar abstracciones. Prefiero rescatar el trasfondo de una posición de escritura que yo llamaría ético, que sustantiva un cambio de rumbo por un acto de libertad, que desarma lo establecido sin otro beneficio que la complacencia en el gesto autónomo. En las historias de Leticia Walther los núcleos que destraba son los escollos del cuento clásico: la fatalidad de la repetición se quiebra por un hecho disruptivo imprevisto; un chico de la calle se fuga como un ángel chagalliano en las calles de Buenos Aires y se libra de su perseguidor; una muchacha sin edad, uno de esos seres diferentes que socialmente cargan el mote de retraso mental, se hamaca y contagia con su acto a una marginal desangelada; un hombre quiebra la imposibilidad de bailar de una mujer, la hace volar, para seguir con la imagen del vuelo como forma de libertad.


Sin embargo, pese a estas reconversiones del destino, en apariencia tenues, pero de carácter transgresor, lo político real, están allí para recordar su implacable poder de destrucción. En la situación límite, la muerte, no hay espacio para elegir. Esa frontera, que es el duelo por la tragedia argentina, sólo puede ser atravesada por la escritura.


Milagrosamente, aún en la muerte, en la doble muerte de la víctima maniatada, la imagen final es el mundo, un mundo que puede ser reconstruido en algún lugar. Ese es el mundo de Leticia Walther, la humanidad que descubrí en ella cuando la conocí y que este libro nos transmite, inaugurando una obra.


martes, 23 de septiembre de 2008

¿Me dejan ver la tele? (continuación de la entrada anterior de Diario de Aula)



"La previa"
Al fin los chicos de 1º de Polimodal vieron el capítulo de Cold Case que habíamos convenido. Digo "al fin" porque no fue sencillo llevar adelante la propuesta. En realidad, el asunto da para pensar algunas cuestiones previas al tema específico de la enseñanza de la literatura.
La primera dificultad fue la resistencia de los chicos a realizar una tarea que no respondía a los criterios habituales: ¡Cómo que hay que mirar televisión! Surgieron una serie de excusas para no cumplirla, hasta hubo chicos que a pesar de tener TV por cable, para hacerme desistir, negaron estar suscriptos al servicio. Me parece que el mayor problema era que se trataba de una actividad que los obligaba a programar, a proponerse estar frente al televisor a un horario prefijado, y a permanecer allí hasta el final. Realmente creo que para los adolescentes, al menos con los que trabajamos en las escuelas estatales de la provincia de Buenos Aires, este tipo de previsiones demanda un esfuerzo importante, porque les resulta difícil anticipar que van a hacer el minuto siguiente. Otro obstáculo que apareció era tener que pedir al resto de la familia el televisor en el horario central de la noche ¿cómo decirles a los padres que dejaran de ver el programa que miran habitualmente? El que se tratara de una tarea de la escuela, al menos en la percepción de algunos chicos, no era un argumento suficientemente fuerte, hacía falta cierto valor para plantearle a la familia la ocupación del televisor. Por último, fue notorio que para muchos chicos resultaba una novedad ver un programa con una actitud alerta, realizando un esfuerzo de interpretación. Según lo que contaron, ellos se "tiran" frente a la TV dejando correr las imágenes, de ahí que eligieran los programas a los que me referí en la entrada anterior de Diario de Aula. Para la mayoría de los chicos la televisión es fundamentalmente una fuente de emisión de imágenes y no de contenidos.
Menciono estos aspectos que antecedieron a la tarea porque me parecen importantes para advertir como con frecuencia un trabajo requiere la preparación de las condicones previas para poder realizarlo. Lo que esto nos demanda es que ampliemos nuestro papel de profesores de una materia en particular para comprender que la construcción de esas condiciones también generan aprendizajes significativos: no se puede negar la conquista que significa para un adolescente, que no cuenta en su casa con el apoyo necesario para estudiar, lograr ocupar el televisor a la hora en que lo necesita.

¿Y si me equivoco?
En realidad, el primer capítulo que les encomendé ver a los chicos, no lo vieron más de cuatro alumnos de cada curso, fue así que al indagar los motivos del incumplimiento me enteré de las dificultades descriptas anteriormente. Igualmente, este intento fallido fue útil porque el comentario de los alumnos que lo habían visto, entusiamó al resto.
Al lunes siguiente todos habían realizado la tarea. En el episodio, titulado "Familia 80180" se investiga el asesinato de un hombre en 1945. El hombre, nacido en Estados Unidos, pero descendiente de japoneses, como consecuencia de la invasión de Pearl Harbor es obligado junto a su familia a desalojar su hogar para ser internado en un campo de concentración, junto a otras personas del mismo origen. El tema del capítulo es la discriminación, aunque también se cruzan otras problemáticas.
A pesar de la ausencia casi absoluta de información contextual (conocimiento sobre la Segunda Guerra Mundial, participación de EE.UU y Japón, Pearl Harbor, etc. ) los chicos pudieron interpretar la historia en su significado más literal y en algunos de sus sentidos más importantes; sin embargo, no logramos debatir sobre las cuestiones que planteaba el capítulo. Pienso que en ese aspecto existió un error de mi parte, ya que suponiendo que la discusión se iba a producir espontáneamente no preparé ninguna actividad específica para promoverla. Y no, los chicos no
llegan a 1º año del Polimodal con la experiencia de debatir, de problematizar lo que ven. Por otra parte, creo que también tienen mucho miedo a exponerse y sobre todo a equivocarse frente a un profesor, a no decir lo que éste espera.
A pesar de esto, como se observa en los textos que escribieron posteriormente, los alumnos tomaron partido sobre lo acontecido en la historia identificándose con la postura de algunos de los personajes e inclusive presentando matices en sus pensamientos y conductas que en el capítulo no estuvieron presentes.
Los textos de los chicos
Tengo una resistencia feroz a darle a los chicos cuestionarios, opino que cualquier actividad por más interesante y entretenida que haya sido, queda destruida en el momento en que le pedimos a los alumnos que respondan un cuestionario o realicen una guía. Además ellos ya los están esperando: después del cuento viene un cuestionario; detrás de la novela también; hasta después de una poesía les enchufamos un cuestionario. Me parece que estás actividades desalientan cualquier entusiamo por la lectura. Además, todos esos listados de preguntas, en general se dirigen a aplicar conocimientos teóricos a un texto en particular. Pero lo que a mí realmente me interesa es la apropiación, el sentido personal que cada chico le encontró a lo que leyó; en todo caso los conocimientos teóricos deben ser una herramienta para realizar una interpretación más profunda de los textos; es decir, los contenidos están al servicio de la lectura y no al revés, como suele suceder.
Por esta causa, la actividad que les propuse sobre el episodio que habíamos visto fue Escribir un monólogo que expresara el pensamiento de alguno de los personajes.
La mayoría de los chicos se identífico con el joven, hijo del hombre asesinado, que contra su voluntad se alista en el ejército estadounidense a instancias de su padre que suponía que de este modo los norteamericanos lo reconocerían como conciudadano. El muchacho muere en combate, enemistado con su padre. Los otros personajes elegidos fueron el protagonista y su esposa.
En los textos, los alumnos hacen que tanto el padre como el hijo se arrepientan de haber tenido posturas tan extremas que los hayan llevado a distanciarse, ambos imaginan un futuro de reconciliación. Todos los alumnos condenan la decisión norteamericana de haber evacuado a los descendientes de japoneses y aparecen opiniones contrarias a la guerra en general.
Respecto a la redacción de los textos lo que más se destaca es la fractura entre el nivel del contenido y el de la escritura, como si los monólogos fueran pensados por adolescentes de 16 años, pero escritos por niños de 1o, ya que muchos de ellos presentan serios problemas de cohesión, que supongo que son producto de la falta de una práctica continuada de la escritura. Sin embargo, los textos denotan un esfuerzo importante por mantener la coherencia y expresar los sentimientos e ideas de los protagonistas, esto hace que muchos de ellos sean más extensos de lo que esperaba, ya que en general a los estudiantes les cuesta desarrollar sus ideas.
Durante la escritura del primer borrador fue necesario que trabajáramos grupalmente la cuestión del tiempo porque muchos chicos querían abordar en un mismo monólogo toda la historia narrada en el episodio, por ejemplo, en el inicio del monólogo el joven expresaba el conflicto que le generaba alistarse, pero al final del texto ya estaba en el frente combatiendo. Este tema debe representar para algunos alumnos una dificultad importante porque a pesar de haber sido trabajado particularmente reapareció en los escritos definitivos que presentaron.
Quizás la propuesta no produjo los resultados que esperaba, sin embargo pienso que significó un aprendizaje tanto para ellos como para mi. Los chicos tuvieron que responder a una interpelación diferente a la que están habituados; mirar y escuchar con propósitos definidos; vincularse con la TV desde otro lugar; ganarse un espacio en la familia, escribir poniéndose en lugar de otro. Quizás uno de los resultados más visibles de lo que implicó la actividad es que algunos chicos se hicieron espectadores habituales del programa, lo que habla de un cambio de intereses frente a la oferta televisiva.
En cuanto a mí, todo el proceso que llevó la actividad me enseñó a secuenciarla para la próxima vez, a descartar todos los supuestos.

Leé otro monólogo escrito por los chicos:


















































































domingo, 14 de septiembre de 2008

¿SOY LA QUE ESCRIBE O LA QUE ENSEÑA?

Desde que se recibió, hace dos años, Valeria es maestra de 1º grado. Le gusta escribir y hace tres años publicó un libro de poemas muy interesante; además escribe poesías infantiles, aunque todavía no se animó a leerle alguna a sus alumnos. Se acercó al taller porque le interesa profundizar el trabajo de escritura con los chicos.
Durante varias semanas trae a cada reunión consignas que ha sacado de los cursos que realizó o de algún libro para preguntarme qué me parecen. Todas ellas se proponen "motivar" que los chicos escriban. Algunas parten de la lectura de un texto, otras se basan en concepciones más lúdicas y entonces estimulan la combinación de palabras y/o universos pertenecientes a campos diferentes, otras presentan imágenes sugerentes que lleven a los chicos a inventar alguna historia; en fin, toda una tecnología de la motivación para que los alumnos encuentren qué escribir.
Al respecto se pueden realizar algunos comentarios:
En primer lugar, pareciera que todas estas consignas se basan en el supuesto de que la "escritura creativa" es sinónimo de narración fantástica; se diría que casi, casi, para los autores de estas propuestas existe solo este tipo de texto, y que la creatividad y la imaginación se ponen en juego exclusivamente cuando se cuenta sobre hombrecitos de agua; hormigas que navegan por el mar y vientos que se portan mal. O lo que sería más preocupante, que solamente ésta es la clase de literatura que atrae a los más chiquitos.
El segundo aspecto, el que más me interesa, es que pareciera que toda la parafernalia que se ha desarrollado en las últimas décadas para que los estudiantes escriban, desconociese que los chicos tienen sus propios intereses, deseos, cosas que les pasan, que ven, que sienten para volcar sobre el papel y que además vale la pena que ese universo sea expresado y compartido a través de la escritura. No estoy afirmando que el tipo de propuesta que menciono no origine con frecuencia producciones interesantes, que ponen en movimiento estrategias que implican un aprendizaje, que en muchos casos son entretenidas para los chicos y que posibiltan que éstos se relacionen de una manera más placentera con la escritura que la que experimentábamos nosotros cuando nos pedían que escribiésemos redacciones que venían con el título puesto, pero no son medulares porque para que la escritura se convierta en una experiencia vital y transformadora debemos sentir que nos es útil para decir lo que es importante para nosotros. Y esto abarca desde una poesía hasta la investigación de un tema que nos interesa o nos preocupa.
Valeria esto lo reconoce por su experiencia como escritora; sin embargo, su conocimiento personal queda anulado, sepultado debajo de la montaña de "actividades sugeridas" que brindan los textos y las capacitaciones y que ella aplica no solo sin tener claro los objetivos, sino también sin quedar satisfecha con los resultados.
Por eso le pido que piense en su escribir: ¿Qué es escribir para ella? ¿En qué ocasiones siente necesidad de escribir? ¿Cuándo escribe? ¿Sobre qué escribe?
Estas son algunas de sus respuestas:

¿Qué es escribir?
-Consuelo
-Descarga
-Belleza
-Juego
-Expresión de mi personalidad
-Volcar mis emociones

¿Qué hago para escribir?

-Vivo

-Me conecto con mis emociones

-Pienso cómo expresar lo que siento en forma bella

-Releo, busco mejores palabras para expresar lo que siento

-Leo literatura que me impacta

A partir de sus respuestas pudimos ver que la escritura para ella no surgía de una motivación externa, sino que se originaba de la necesidad de contar lo que vivía, que esto no implicaba que necesariamente se refiriera siempre a sí misma, sino que podía escribir sobre situaciones de las que era testigo, que les pasaban a otros, pero que en última instancia también le sucedían a ella en la medida que la conmovían y la conducían a escribir. Ahora bien, buscar y elegir las palabras implicaba discernir lo que sentía, pensaba y deseaba decir. Era mirarse.
Cuando analizamos a la luz de estas ideas las actividades que les proponía a sus alumnos, comprobamos que ninguno de estos aspectos que para ella eran tan definitorios de lo que significaba la escritura estaban presentes. Había dos Valerias: una era la que escribía; otra la que enseñaba a escribir, en consecuencia también disociaba el objeto de enseñanza del objeto enseñado, ya que una era la escritura y el proceso que ella vivía como escritora y otros los que proponía a sus alumnos. El desafío es poder trasladar a su propuesta didáctica su experiencia de escritora, acercando ambos objetos.

jueves, 11 de septiembre de 2008

CUANDO LAS MUJERES NO EXISTÍAMOS


Ayer durante la cena Nahuel, mi hijo de 8 años, cuya cabecita puede recorrer caminos inesperados, me dijo:
-¿Te imaginás mamá que genial sería que San Martín viviera hasta ahora?
Y mientras se metía un puñado de papafritas en la boca continuó con su reflexión: "todas las mujeres gustarían de él, aunque sea viejito ¿no?"
-Sí, supongo que sí, era muy valiente y muy buen tipo- le contesté.
-La profe tiene una foto de la mamá.
-¿De la mamá de San Martín?
-Sí ¿viste que parecía un hombre?
-¿Por qué te parece un hombre?
-No sé, parece un hombre.
-¿Tenía el pelo corto?
Nahuel dice que no se acuerda, pero insiste en que Gregoria Matorras parecía un hombre. Al final comentó:
-Porque en esa época las mujeres no existían.
-¿Cómo que no existían las mujeres?- le pregunté asombrada.
-No, no había mujeres.
-¿Vos querés decir que no existían en la historia? ¿que no había mujeres que eran como San Martín, Belgrano o Sarmiento?
-Claro, solamente existían las mamás.
Hago memoria y la verdad es que su conclusión es razonable: nunca la escuela le ha presentado una mujer como partícipe de ningún hecho histórico; esta referencia de su maestra actual a la mamá de nuestro Libertador es la primera que escucha sobre alguna dama del pasado. Y esta mujer solo es traída en su función de madre.
Entonces le pregunté:
- ¿Cómo se llama la calle de tu escuela?
-Manuela Pedraza
-¿Y por qué? ¿Quién fue Manuela Pedraza?
Alzó los hombres, abrió los bracitos y dijo "no sé".
Le conté que Manuela Pedraza había luchado a la par de los hombres, en el mismo regimiento que su marido, para recuperar Buenos Aires cuando había sido ocupada por los ingleses. Él, exponiendo una lógica masculina implacable, luego de escuchar mi explicación, me preguntó:
-¿Y le ganó a los hombres?
-Ella, junto a los otros soldados, le ganaron a los ingleses.
-Ja, ja: les ganó una mujer.
Sugiero un trabajo de investigación para realizar: relevar cuántas veces aparece el nombre de una mujer en las carpetas de Ciencias Sociales de los estudiantes de cualquier nivel educativo, en los libros de texto, en el calendario escolar. ¿Además de las lavanderas de la época colonial y de las anónimas damas_salvo Mariquita Sanchez de Thompson_ participantes de las tertulias, qué otras mujeres son mencionadas? Preguntarnos cuántas veces nosotros, docentes, les permitimos aparecer.
La idea no es nueva ni original; sin embargo parece que continúa siendo necesario hacer conciente esta omisión. Ponerse a trabajar para que el lenguaje nombre lo oculto.
Una propuesta: incluir en los contenidos de Historia de la literatura la lucha de las mujeres por conquistar el derecho a la palabra escrita. En nuestro país tenemos muchos ejemplos.

miércoles, 10 de septiembre de 2008

"HACIA UNA LITERATURA SIN ADJETIVOS" por María Teresa Andruetto

"La tendencia a considerar la literatura infantily/o juvenil por lo que tiene de infantil o de juvenil, es un peligro"
Este es uno de los interesantes conceptos que desarrolla la escritora María Teresa Andruetto en la conferencia que pronunció en el marco de la Jornada de Literatura Infantil y Juvenil realizada el 5 de julio de 2008.

Para leer la conferencia completa hacé clic en el vínculo:
http://revistababar.com/web/index.php?option=com_content&task=view&id=876

martes, 2 de septiembre de 2008

¿Qué alumnos se imaginan los docentes?

Luego de tres meses de licencia porque adopté a mi hijo, regresé a mis clases de 1º año del Polimodal en una escuela de la provincia de Buenos Aires. Uno de los cursos no ha tenido suplente; en el otro me reemplazó una colega de la misma escuela. Los chicos me ponen al día: han comenzado a leer "El retrato de Dorian Gray", supuestamente ya van por el tercer capítulo. Les pido que me cuenten lo que han leído hasta el momento. Muy tímidamente una chica comenta que se trata de un pintor que pinta siempre el mismo retrato. Como veo que de ahí no podemos salir, les pregunté:

- Pero ¿leyeron algo?

-Sí profe, pero no entendí nada.

-Yo empecé, pero me aburrí porque era muy difícil.

La verdad es que mis alumnos tienen razón: la novela (que personalmente me gusta) utiliza un lenguaje que para ellos es engorroso, a eso se le suma el desconocimiento que tienen del contexto en que se desarrolla. Conociendo lo poco amigable que les resulta la lectura, yo jamás hubiera elegido esa novela. Para mí, que sé que los adolescentes del sector social con el que trabajo no provienen de familias lectoras y carecen de estímulos para leer, el primer objetivo continúa siendo que descubran el placer por la lectura. Esto no significa que las obras no sean de calidad o infantiles, o que no impliquen un desafío, sino que deben tener un grado de dificultad que no se las vuelva inaccesibles.

La compañera que me reemplazó opina diferente, ella cree que la escuela es la única oportunidad que los chicos tienen de leer los textos "consagrados", "la alta literatura", para decirlo de alguna forma. Siente que al proponerles a sus alumnos esos textos, está cumpliendo con su misión, no se pregunta qué pasó entre los chicos y el libro, o cómo esa lectura forzada desalienta lecturas posteriores.

Les pregunté a los chicos si habían leído alguna novela. Negaron con la cabeza y uno solo respondió:

-¡Sí! Romeo y Julieta. También la actuamos.

Para rescatar: una de sus compañeras le respondió que "esa" no era una novela, sino una obra de teatro.

Quise explorar qué experiencias previas de narratividad tenían y me pareció que quizás podía partir de algo que estuvieran viendo en la tele. Por eso les pregunté qué programas miraban.
Surgió la siguiente lista:

-Los Simpson.


-100 % lucha.


-El Chavo del 8


-Casi ángeles


-Policías en acción.

Como se observa, salvo el último, son programas pensados para chicos varios años menores que ellos, que tienen 16. Programas que a excepción de "Casi ángeles", no implican continuidad, ya que cada emisión presenta una situación diferente; todos ellos caricaturescos.

Pero este listado más que llevarme a pensar en los chicos, me hizo reflexionar en nosotros, los docentes:


  • Pareciera que nos dirigimos a adolescentes que solo existen en nuestra imaginación. Les hablamos a chicos lectores de Oscar Wilde, cuando en realidad solo acceden a relatos fragmentados, visuales, con guiones empobrecidos... Les hablamos a los alumnos que deseamos, no a los que tenemos.

  • ¿Es suficiente para que quedemos satisfechos, tranquilos con nuestra tarea, el que nosotros hayamos "dado" una lectura, un tema, un contenido, más allá de lo que haya pasado con los chicos?

Y el desafío didáctico:



  • ¿Cómo trabajamos para que los chicos comiencen a ver en la tele programas de mejor calidad? ¿No debe ser este también un objetivo? Un objetivo ¿previo? ¿simultáneo? a la lectura de una novela.

  • ¿Cómo pasamos de "100% Lucha" a la lectura de una novela? ¿y qué condiciones debe tener esa novela? ¿Hay un paso intermedio?

Preguntas que iré respondiendo con mi práctica y con la ayuda de los chicos.


Una conclusión, que aunque lo parezca, no creo que sea elemental: para pensar cualquier propuesta en el aula debemos reconocer a nuestros alumnos. Reconocerlos es respetarlos, pensar en ellos para poder habilitarles los mejores caminos para aprender y crecer.


Ese día, para comenzar a andar otro camino, les pedí que para la próxima clase vieran la serie "Cold Case" (Caso Cerrado, Warner Channel, lunes 21 hs.) Elegí ese programa por el interés de los temas abordados (en una gran parte vinculados a los jóvenes y a las minorías), la calidad de sus guiones y su estética que no es habitual en la TV. Sé que mis colegas, cuando se enteren, me van a criticar. Y por supuesto, suspendí la lectura de "El retrato..." hasta que elija otra novela.


Ya les seguiré contando cómo me ha ido con la experiencia.

Para saber algo más de la serie Cold Case:

http://es.wikipedia.org/wiki/Cold_Case

http://www.wbla.com/#24


lunes, 25 de agosto de 2008

EL ROBO

Este cuento forma parte del volumen del mismo nombre.

Read this document on Scribd: El robo

UNA PUBLICACIÓN HECHA POR MAESTROS

La siguiente publicación fue realizada por un grupo de docentes del Programa de Alfabetización, Educación Básica y Trabajo del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Es el producto de un taller realizado en el marco de una capacitación.




Read this document on Scribd: jueves con cuento

domingo, 24 de agosto de 2008

HISTORIAS IMBORRABLES



"Historias Imborrables" se llama la publicación que realizaron los chicos de 8º año de la escuela Xul Solar de Pacheco. En el prólogo de la edición ellos explican la elección del nombre:

Valiosos recuerdos
En la clase de Lengua y Literatura escribimos momentos o situaciones de nuestras vidas que para nosotros fueran importantes, pero narrados en tercera persona, como si le hubiesen sucedido a otro. Como eran muy importantes y nos gustaron mucho, decidimos publicarlas en un libro.
Son recuerdos verdaderos, maravillosos, algunas veces tristes, pero aun así son especiales y merecen ser contados.

Quizás algunas historias no tengan para ustedes el mismo significado que para nosotros, pero volcamos en ellas nuestros más preciados sentimientos. Algunos chicos, mientras escribíamos nos emocionamos, y otros sentimos alivio de poder contar algo que teníamos guardado muy adentro y compartirlo con nuestros compañeros.



Esperamos que disfruten de nuestras historias.



Los chicos de 8º