sábado, 1 de septiembre de 2012


LIBRO RECOMENDADO:
                                             El muelle de Ouistreham
                                            



 Florence Aubenas (1961, Bruselas), la autora de este libro que es el resultado de una investigación muy particular, desarrolló gran parte de su vida como periodista de Libération y luego en Le
Nouvel Observateur como reportera internacional. En 2005, en Irak, en el curso de un reportaje, fue tomada como rehén durante varios meses. Desde julio de 2009 preside el Observatorio Internacional de Prisiones.
En 2007 cuando se produjo la crisis en Francia, Florence Aubenas se propone investigar la realidad de los sectores más perjudicados por la situación: los trabajadores precarizados y los desocupados. Para esto, se trasladó a Caen, una ciudad en las afueras de París, donde alquila una habitación y comienza una nueva existencia en la que se presenta como una mujer recién divorciada, sin experiencia laboral y que busca trabajo. En el libro narra en primera persona su recorrido por la oficinas públicas de empleo y las empresas de trabajo temporario donde experimentará las mismas humillaciones que el resto de los desempleados con los que comparte su vida cotidiana.
  Narrando en primera persona, a pesar del tema del libro, Aubenas logra eludir el realismo esquemático, para presentarnos a sus compañeros, personajes conmovedores, asfixiados por las situaciones que les toca vivir, sin caer en golpes bajos ni en el simple testimonio, al mismo tiempo que su condición de empleada de limpieza le permite descubrir la explotación y la burocracia estatal.
"El muelle de Ouistreham" ha recibido los premios Joseph Kessel y Jean Amila-Meckert.

lunes, 27 de agosto de 2012

Un breve cuento de Héctor Tizón,.

NUNCA ES POSIBLE REGRESAR A NADA.

La última de sus visitas había ocurrido quizá cuatro años atrás. Aunque para alguien como él, que había pasado largos años encerrado, el tiempo era distinto -pesado, lento, denso y distinto-, aun así recién ahora -que en verdad lo pensaba- sentía que había transcurrido, desde entonces, mucho más que la mera suma de meses y de años. En aquel momento le había vuelto a decir -lo quiso decir por última vez- que no volviera más; que nada valía la pena, que él ya era otro y que ella también era y sería distinta a medida que el tiempo pasaba.

Estaban esa mañana de un domingo sentados frente a frente, aunque separados por la tela metálica y la discretamente alerta mirada de los guardianes. Las pocas palabras que ambos se dijeron fueron en voz baja, en un tono que pretendía ser objetivo y neutral, pero cohibido por un sentimiento que tal vez simulaba o disfrazaba de indiferencia y quedaba en algo semejante al vacío. En esa última visita había otras gentes, no lejos, en la misma situación, que también hablaban con voz aplacada, aunque de vez en cuando reían. Hacía calor, lo recordaba porque volvía a escuchar el seco, amortiguado, suave golpe de las aspas de los grandes ventiladores que pendían del techo de aquella sala de recibo en el penal. Luego sonó un timbre y él se levantó. "Es el primero", dijo ella. Y él dijo que sí, que era el primero -faltaban dos más-, pero que era mejor así y que era inútil esperar los otros dos. Ya estaba de pie cuando lo dijo. Ahora recordaba la clara mirada de sus ojos, velados por la desdicha.

Ella después escribió tres o cuatro cartas, que le entregaron abiertas, como siempre, y que sin leerlas rompió y echó a la basura.

Después, empleando varios sistemas impuestos por la voluntad y la disciplina, la expulsó de sus recuerdos. Y, cuando al cabo de un largo y esforzado tiempo, cuando ya estaba seguro de no tener nada ni a nadie, tuvo un sueño, y en el sueño la volvió a ver, casi simultáneamente le notificaron que había sido indultado por el gobernador. En el sueño estaba ella como la había conocido, su imagen, la mirada de sus ojos, su indumentaria y su voz que le hablaba sin que sus labios se movieran, como ocurre en los sueños; y ya no pudo apartarla de sí durante los días y las noches, hasta que el pesado portal del cautiverio se abrió y él estuvo luego de todos aquellos años en la calle. Era la víspera de Navidad.

A bordo del ómnibus que lo llevaba al centro de la ciudad, iba redescubriendo el paisaje, que era el de siempre; los edificios, algunos iguales a sí mismos y los automóviles tan distintos, veloces y asombrosamente numerosos en comparación con los que hacía mucho tiempo había dejado de ver. El sol se ponía. Nadie puede atrapar la temblorosa belleza de un atardecer, pensó. Por la radio se escuchaban villancicos una y otra vez.

Era ya de noche cuando cobró el valor necesario y comenzó a caminar hacia la casa, en cuyo frente un arbolito lucía adornos de luces encendidas; aquella misma casa adonde, casi al mismo tiempo llegaba otro, que no era él, y con quien ella, que seguramente ya esperaba en la puerta, estuvo largo momento abrazada, como si extrañamente hubiese presentido alguna sombra ajena.

Después, definitivamente, los arbustos de enfrente lo ocultaron.

                                                                                Extraído de "Cuentos completos", Alfaguara, 2006

jueves, 12 de julio de 2012


La tradición oral mapuche que una enfermera alemana salvó del olvido

          Leer en Tiempo Argentino:

http://tiempo.infonews.com/2012/07/12/cultura-80835-la-tradicion-oral-mapuche-que-una-enfermera-alemana-salvo-del-olvido.php

martes, 20 de marzo de 2012

Taller de escritura para chicos.

El taller de escritura está dirigido a niños de 5 a 12 años. El mismo se propone generar un espacio donde los chicos puedan experimentar diferentes géneros escritos y orales, desde las historieta, pasando por el cuento, la poesía, la crónica hasta el teatro,  respetando sus intereses e individulidades.
Para esto, se realizan diferentes propuestas que estimulan la creación y se favorece la lectura de textos de distintas características.
El trabajo es grupal, ya que en el intercambio con sus compañeros los chicos enriquecen sus producciones, desarrollan la autocrítica y la posibilidad de corregir sus textos.
Se desarrollan proyectos donde los talleristas puedan difundir sus creaciones: revistas on line e impresas, lecturas y muestras públicas y espacios radiales.
Lugar: Villa Martelli.

Honorarios: 160$

Contacto: estacionpalabra@gmail.com

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jueves, 9 de febrero de 2012

Maestro de la narrativa sin palabras


 Hace unos días una señora me preguntó si su hijo, que todavía no sabe escribir, podía asistir al taller de escritura. Mi explicación acerca de que no solo se narra con palabras hubiera sido absolutamente innecesaria si en ese momento hubiera tenido a mano esta extraordinaria historia contada por Quino.
 
Sitio oficial de Quino



miércoles, 8 de febrero de 2012

Hoy este blog está de duelo, acaba de morir Luis Alberto Spinetta, El Flaco.
Un creador  de belleza y poesía, el músico que nos acompañó toda nuestra vida. 







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Alma de diamante