Acabo de desearle las buenas noches a mi hijo y de apagar la luz de su cuarto. Regreso a mi estudio y continúo trabajando hasta que escucho su vocecita:
-Ma, vení.
Me acerco al borde de la cama y en la penumbra me dice:
-Mami ¿sabés para qué voy a usar esta libretita?
No veo lo que me muestra y enciendo el velador: se trata de un pequeño anotador que le dieron como cotillón en un cumpleaños.
-¿Para qué la vas a usar?
-Para escribir mis sueños.
-Qué buena idea, me gusta muchísimo.
Abre las plumas como un pavo real.
-Acá las voy a escribir en borrador, pero quiero que me comprés un cuaderno que sea como un libro.
-¿Cómo?
-Que tenga las hojas lisas y las tapas duras ¿hay cuadernos así?
-Creo que sí.
-Porque mamá quiero escribir un libro, un libro que tenga mis sueños.
-Va a ser un libro hermoso; mañana vamos a buscar un cuaderno como el que querés.
Después de abrazarlo vuelvo a apagar la luz.
Estoy conmovida: mi hijo de ocho años piensa escribir un libro con sus sueños.
Luego me vuelvo más racional y recuerdo la última consigna de escritura que le dieron en la escuela:
- Uní cada frase con su dibujo (los dibujos los dejo a su imaginación)
- Santiago no puede comer porque está muy descompuesto.
- Félix se ha comido todo lo que tenía en la mesa porque estaba muy hambriento.
- Damián come porque dentro de media hora se va a la escuela.
- Luego respondé las preguntas.
- ¿Por qué Santiago no puede comer?
etc.,etc., etc.,
Es una actividad fotocopiada de algún libro.
Primera pregunta: ¿Cómo consiguió alguien que una editorial le publicara un libro con ese tipo de propuesta?
Segunda pregunta: ¿Cómo a mi hijo, o a cualquier otro chico, después de una docena de actividades como ésa se le ocurre y tiene ganas de escribir un "Libro de los sueños"?
Ilustración de Camilo Villamizar: http://www.mymagicrealism.com/
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